Con diversas herramientas terapéuticas se apuesta a reinserción social de internos en los centros modelos de República Dominicana.
Poner a los privados de libertad a barrer, a realizar manualidades, dar vueltas alrededor de un lugar o a mojar matitas constituyen técnicas usadas en los programas de tratamientos terapéuticos que se desarrollan en los centros de corrección y rehabilitación del Modelo de Gestión Penitenciario, enfocados en corregir las alteraciones conductuales que muestran desde que ingresa, como la agresividad, el estrés, la ansiedad y el poco amor por los demás.
El tipo de intervención no dependerá del delito que cometieron, sino de los resultados de una serie de pruebas a que son sometidos cuando ingresan, a través de un equipo multidisciplinario, lo cual sirve de base para la elaboración del plan de tratamiento terapéutico tanto individual como grupal.
En cada centro de corrección hay una junta de tratamiento, integrada por el director del recinto, el subdirector de asistencia y tratamiento, el subdirector de seguridad, un sicólogo, un médico, el jurídico, el área de asistencia social, de deporte y recreación.
Con el plan de tratamiento que aplican apuestan a la rehabilitación, pues los programas están dirigidos a mejorar la conducta del privado de libertad y fortalecer su desarrollado personal, para viabilizar su reinserción a la sociedad.
“Desde que llega un privado de libertad al nuevo modelo nosotros evaluamos su condición de salud física y mental, cuáles necesidades académicas requiere, cuál es su estatus jurídico y cómo poder ayudarle para agilizar su proceso, y si tiene alguna situación familiar”, expone la abogada Hilda Patricia Lagombra, quien dirige el Modelo de Gestión Penitenciaria desde hace poco más de un mes, teniendo bajo su administración 23 centros de rehabilitación y corrección.
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