La televisión regional de Canarias, un archipiélago español en el Atlántico, mostraba imágenes en plena noche de una cascada incandescente entrando en el mar y generando gran cantidad de humo.
El impacto, temido desde hace días a medida que la lava arrasaba todo en su camino desde el volcán hacia la costa oeste de la isla, fue anunciado por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) en Twitter.
"La colada de lava ha llegado al mar en Playa Nueva", indicó.
Según la televisión regional, el contacto tuvo lugar pocos minutos después de las 23H00 locales del martes (22H00 GMT).
Este momento genera inquietud porque el contacto de la lava, a más de 1.000 grados centígrados, con el mar puede generar explosiones, olas de agua hirviendo o incluso nubes tóxicas, según la página del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
En prevención, los vecinos de las zonas más cercanas habían sido confinados desde el lunes para evitar el contacto con posibles gases tóxicos.
Las viviendas "ahora mismo están a dos kilómetros, hay seguridad suficiente, no creo que lleguen los gases a esos barrios", afirmó a la televisión canaria Juan Miguel Rodríguez, alcalde de Tazacorte, el municipio donde la colada alcanzó el mar.
"La lava ya ha llegado al mar. Si te encuentras en el exterior, busca un lugar seguro donde refugiarte", pidieron los servicios de emergencia de Canarias en Twitter.
La lava alcanzó el agua luego de descender por un acantilado de unos 100 metros en Playa Nueva.
- Ayudas para La Palma -
Los científicos decían que era muy difícil prever el momento en que la lava llegaría al mar, ya que su velocidad había variado en los días precedentes e incluso llegó a inmovilizarse en cierto momento.
El lunes por la mañana, se produjo una reducción notable de actividad en el volcán Cumbre Vieja.
Pero para la tarde de ese día volvía la erupción con renovada intensidad, lo que hizo que la colada cobrara más velocidad y terminara este martes alcanzando el agua.
Por la erupción más de 6.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, pero hasta los momentos no ha habido heridos ni muertos, aunque sí graves daños materiales.
La lava ha arrasado ya 656 edificaciones -no todas viviendas- y cubierto 268 hectáreas en esta isla de 85.000 habitantes que vive del cultivo del plátano y del turismo, según el sistema de medición geoespacial europeo Copernicus.
La lluvia de cenizas llegó a dejar inoperativo durante 24 horas el aeropuerto de Santa Cruz de la Palma el fin de semana, y aunque teóricamente funciona, no están llegando vuelos.
Este mismo martes, el gobierno español aprobó un paquete de ayudas directas de 10,5 millones de euros para adquirir viviendas y útiles de primera necesidad a quienes perdieron todo por la erupción.
Unos 5,5 millones de los 10,5 millones de euros (más de 12 millones de dólares), se destinarán a adquirir viviendas y el resto a la compra de enseres necesarios para la vida cotidiana.
Las ayudas se amparan en la declaración de zona catastrófica para esta isla.
Las dos erupciones precedentes en La Palma tuvieron lugar en 1949 y 1971, provocando la muerte de tres personas en total, dos de ellas por inhalación de gases.
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