Cientos de haitianos se vieron obligados a huir de sus hogares en la capital, Puerto Príncipe, y refugiarse en una iglesia cercana, en medio de violentos enfrentamientos entre pandillas, informaron las autoridades el domingo.
Funcionarios de Protección Civil dijeron que “562 desplazados internos”, incluidos 69 niños y cinco mujeres embarazadas, recibieron alimentos, agua y artículos de higiene personal.
Videos publicados en las redes sociales por los residentes del barrio pobre de Martissant, en el oeste de Puerto Príncipe, muestran a decenas de personas que huyen a pie mientras se escuchan disparos de fondo.
“Toda la población de Martissant no puede regresar a casa y por eso se ve obligada a refugiarse en instalaciones públicas”, dijo Marie Rosy Auguste Ducena, de la no gubernamental Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos.
El conflictivo vecindario, apenas patrullado por la policía a pesar de que se encuentra a unos pocos cientos de metros del palacio presidencial, ahora está controlado en gran parte por bandas armadas que luchan por el territorio.
Bruno Marquis, coordinador de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas en Haití, expresó su “profunda preocupación” por la situación y pidió mayor seguridad y acceso humanitario sin obstáculos a los desplazados por la violencia.
Las autoridades no han dado a conocer el número de víctimas, pero el comunicado de la ONU habló de “numerosas muertes”.
El Ministerio de Justicia dijo el domingo en Twitter que había dado “instrucciones formales” a la Policía Nacional para desmantelar a las bandas criminales y poner fin a las amenazas a los residentes de Martissant “y al resto del país”.
La Policía Nacional no respondió a solicitudes de la AFP de que comentara lo sucedido este domingo.
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